La religiosa no
quiso saber nada del burdel, por lo que decidió vender su parte en el negocio y
donó el dinero resultante a un proyecto humanitario en India.
Una monja escocesa
de 55 años heredó de su madre, a la que jamás conoció, una participación en un
floreciente prostíbulo en la región austríaca de Estiria.
«Cuando Linda K.
murió en Estiria se pusieron en contacto con nosotros. La señora tenía bienes,
pero no tenía marido o descendientes. Y tampoco había testamento», explicó al
sensacionalista KronenZeitung el experto en genealogía Nicolas Forster.
De esta forma, un
grupo de expertos se pusieron a trabajar para localizar al familiar más próximo
a la fallecida con el fin de hacerle saber que era dueño de un boyante burdel
en la región sureña de Austria.
En sus
investigaciones descubrieron que Linda K. había llevado en su juventud una vida
llena de experiencias como partícipe de un circo itinerante que recorrió distintos
países de Europa.
Durante una serie de
funciones por Reino Unido quedó embarazada y tras dar a luz dejó a su hija en
adopción en un orfanato cristiano en Escocia.
Medio siglo más
tarde, los expertos descubrieron que su hija, Houston L., vivía como monja en
un convento cercano a Glasgow.
La religiosa no
quiso saber nada del prostíbulo, por lo que decidió vender su parte en el
negocio y donó el dinero resultante a un proyecto humanitario en India.
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